DESPLAZADOS

 AGUAMIEL 

OPINIÓN

Por: Ana María Vacio

-Los desplazamientos de las localidades tiene su trasfondo, no solo en las disputas entre cárteles del crimen organizado que luchan por una plaza, sino  sobretodo en los recursos naturales  con los que cuentan esos lugares.

-El problema no es la intimidación que ejercen las compañías mineras de manera manera violenta, sino que en algunos casos son respaldados por el gobierno del estado.

Los desplazados de Ermita de los Correa en Jerez fue la gota que derramó el vaso para  que se hiciera público el problema de desplazamiento de personas de comunidades zacatecanas a consecuencia de la inseguridad que se presenta desde hace varios años, pero hay un tema que poco se ha tocado y es el hecho de que  los desplazamientos de las localidades tiene su trasfondo no solo en las disputas entre cárteles del crímen organizado que luchan por una plaza sino en los recursos naturales  con los que cuentan esos lugares.

 Este tema lo han hecho patente algunas organizaciones sociales como el Barzón Zacatecano el Frente social por la Soberanía Popular (FSSP) así como actores poíticos como el diputado local, José Luis Figueroa Rangel,  quien sin ningún empacho ha dicho públicamente que el problema de desplazamiento de las localidades de Jerez se deben a los intereses de una compañía minera para  hacerse de ese territorio sin realizar importantes gastos.

 No es la primera vez que una compañía minera se ve envuelta en este tipo de abusos en contra de la población, una de ellas es la compañía Plata panamericana, ubicada en lo alto de la sierra de Chalchihuites Zacatecas,en la comunidad de La Colorada,  que debido a los intereses de una importante  veta fue  capaz de desalojar a los habitantes con pistola en mano y aplastar sus viviendas con sus pertenencias y sus animales en el interior de ellas.

Otro caso en el que también estuvo involucrada una compañía minera fue la comunidad de Salaverna en Mazapil Zacatecas, en donde poco a poco a través de la compra y la intimidación la compañía minera propiedad de Carlos Slim Helú se encargó de sacar de la comunidad a sus habitantes y a quienes se negaron les derrumbaron sus viviendas para que salieran huyendo.

 Son pocos los pobladores que aún resisten ante los embates de la minera que ahora cercaron la entrada a la localidad y emplean toda clase de argucias legales e ilegales  para intimidar a sus habitantes.

El problema no es tanto la intimidación que ejercen las compañías mineras de manera violenta sino que en algunos casos son respaldados por el gobierno del estado, tal como sucedió en los sexenios de Miguel Alonso Reyes y Alejandro Tello, quienes se encargaron de engañar a los pobladores asegurando que les apoyarían, mientras que por otro lado respaldaban incondicionalmente a las mineras enviando a trabajadores del gobierno a intimidarlos o a obligarlos a salir de sus viviendas.

Los gobiernos municipales y estatales no son los únicos poderes que se alían a este tipo de acciones, sino también los representantes de la iglesia católica en el Estado,  que tanto en el caso de salaverna como en el caso de La Colorada se han puesto del lado de los poderes económicos y legitíman la violencia que se ejerce en contra de los habitantes de las comunidades afectadas y dejan en el completo abandono a los desplazados.

En el caso de las localidades de Jerez, sus habitantes no se conformaron con huir de sus viviendas, sino que fueron capaces de ir a manifestarse hasta la ciudad de México y en respuesta el gobierno federal envió una buena cantidad de unidades del ejército y poco a poco tratan de regresar a sus localidades de origen de las que fueron sacados con amenazas y a punta de balazos que quedaron incrustados en las paredes de sus viviendas que quedaron marcadas.

El caso de Valparaíso, las olas de inseguridad han sido constantes desde hace ya varios años y los primeros en dejar sus viviendas fueron los habitantes de la zona serrana, seguidos por comunidades colindantes, quienes tuvieron que huir de la guerra entre cárteles que se presentó en el lugar, y hasta la fecha el regreso a sus localidades pareciera difícil de realizar.