“No queremos que nos den nada, solo queremos que valga nuestra cosecha”
“Nosotros no queremos
que nos den nada, lo único que pedimos al gobierno es que valga nuestra
cosecha, por que seguimos así, yo
tendría que regresar a trabajar a Estados Unidos, porque así no podemos sacar
a nuestra familia adelante”.
Así lo manifestó Juan Carlos Guillén mientras empacaba las
calabazas que acaba de cosechar durante esta temporada en la localidad de Santa
María, en donde trabaja jornadas de siete horas diariamente por un salario de
160 pesos.
En medio de un calor intenso a consecuencia de la falta de
humedad, el jornalero afirmó que cada reja de calabacitas se las están pagando
a solo 30 pesos los intermediarios y por lo tanto se recupera poco dinero por
parte de los propietarios de las
tierras.
Juan Carlos afirma que él desde hace 20 años ha estado yendo
y viniendo a Estados Unidos por que va a buscar trabajo, pero que como en la
localidad de Santa María tiene a su familia decide regresar aunque permanezca
de manera ilegal en el vecino país del norte.
El hombre menciona que este lugar también se siembra tomate,
lechuga y cebolla, y menciona que anteriormente las tierras de la localidad de
Santa María, que pertenece al municipio de Loreto eran de temporal y ahora son
de riego, por lo que se produce un poco más que antes.
No obstante, aclaró que este año algunas de las plantas ya
se encuentran estresadas a consecuencia de que no ha llovido, pues mencionó que
también es importante que llueva para que se puedan desarrollar de una mejor
manera las milpas.
Comentó que también en esta región se siembra alfalfa y en
ese sentido explicó que el precio de la
misma es de 170 pesos cada paca y aclaró que no es bueno que cueste tanto ese
producto, porque “los que tenemos nuestros animalitos también batallamos para darles
de comer”.
Además agregó que actualmente el precio del ganado ha bajado
de precio y casi nadie los quiere comprar. Nos pagan unos diez mil pesos por una vaca, por eso ya no sale
venderla, ahorita la gente no tiene ni que darles de comer, ahí nada más las
manda uno al monte a dormir, por que no hay ni qué coman”, indicó
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