Don Daniel elabora queso de tuna desde hace 80 años
-El hombre tiene 95 años y todavía dirige la
actividad para producir productos de tuna Cardona de la región de Pinos y Villa
Hidalgo
-Un comprador de San Luis adquiría todo su
producto pero le pedía como requisito que no le vendiera a nadie más, Don
Daniel no aceptó
Villa
Hidalgo, Zac.-Una excelente cosecha de tunas cardonas puso de buenas a Don Daniel Oropeza, quien con gran esfuerzo trae
el producto del vecino municipio de Pinos y elabora colonche, miel, queso de
tuna y licor, además de que vende las semillas para la extracción de aceite que
se vende en otros Estados de la República.
Don Daniel, un hombre bajito de 85 años años
va y viene checando que el horno esté en su punto para elaborar el producto,
ayuda a extraer el jugo de la tuna y hasta menea el cazo yd a indicaciones a
las personas que se encargan de ayudarle.
Desde hace
80 años, Don Daniel inició a elaborar queso de tuna en su comunidad Cerro
Prieto, que se localiza a unos diez minutos de la cabecera municipal, gracias a
que su abuelo lo enseñó a elaborar estos productos que ahora cuando no es
temporada hasta sueña porque esta actividad es algo que disfruta.
Refiere que
el producto se lo compraba en su totalidad una persona de San Luis Potosí, pero
no le gustaba vendérselo todo a él, ya que uno de los requisitos para comprarle
el producto era que no vendiera nada por su cuenta.
“A mi eso no me gustó, porque pues yo también
tengo mis clientes, además de que viene gente de Aguascalientes, Zacatecas y
otros Estados, además, también me piden de Estados unidos y pues yo0 prefiero
venderlo por mi cuenta”, indicó el hombre.
Mencionó que el año pasado fue triste porque
casi no hubo tunas, pero que este año fue muy bondadoso en cuanto al producto y
hubo muchas, solo que aclaró que este año la tuna no estuvo buena para hacer el
licor de tuna.
Explicó que
es corta la temporada de tunas, pero que se aprovecha lo más que se puede este
producto por lo que se elaboran con mucho cuidado los quesos de tuna que se
convierten en pequeños quesitos y panelas, pero al final el queso que resta se
aplana en una piedra y se llama banco y religiosamente, cuando concluyen su
actividad, los trabajadores piden su banco para degustar.
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