MUJERES WIXARIKAS INMERSAS EN ESCLAVITUD MODERNA
- A PROPÓSITO DEL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER RURAL
-LAS BARBAS A REMOJAR
Por: Ana María Vacio
Este día internacional de las mujeres rurales, coincidió con la jornada nacional de lucha que realizan integrantes de diversas organizaciones de productores y campesinos del país para exigir precios justos.
Aquí en Zacatecas, las casetas de Osiris y de Calera, estaban llenas de una gran cantidad de campesinos, que con sus camionetas, tractores y remolques, llevaron sus cosechas y las arrojaron en el piso de manera simbòlica por los precios tan bajos que les pagan por sus productos los intermediarios y "coyotes".
Hombres y mujeres se dieron a la tarea de manifestarse y ahì entre ellos también, una gran cantidad de jornaleros, en su mayoría wixarikas, quienes en realidad trabajan las tierras, pero que la revolución aun no les hace justicia, pues no son dueños de aquello que trabajan.
Dicho sector, es el más golpeado del campo, la cartulina que sostuvo una mujer no dejaba lugar a dudas de la situación que padecen. Ahí se podía leer: "El campo zacatecano resiste, pero el abandono duele".
Esa mujer mostraba una extrema delgadez y un aspecto de tristeza en su rostro. Ella, igual que otras mujeres que se encontraban en el lugar, con su indumentaria wixárika, son quienes con sus poderosas manos sostienen en realidad el campo.
Y esas mujeres ¿qué reciben a cambio?: Salarios raquiticos, falta de prestaciones, una vida difícil en donde siempre tienen que cargar con sus niños al trabajo, desde que están embarazadas, hasta que crecen y ellos mismos tienen que continuar sin descanso, con pocas opciones para poder salir de la pobreza.
No se trata de generalizar, hay algunos campesinos que tratan de dar salarios justos, con lo poco que obtienen de sus cosechas, otros que tienen que abandonar sus tierras y emigrar al vecino país del norte.
No obstante, también hay grandes trasnacionales o poderosos latifundistas que operan los cultivos en municipios con alta producción y en donde las y los jornaleros son precarizados en sus trabajos, sus hijos sufren accidentes, se pierden o son arrollados por los camiones, mientras que no hay autoridad que de solución a dicha problemática.
Durante el paro nacional por la dignidad del campo, fueron las personas wixarikas, quienes acudieron a dar la cara, amontonados en los camiones, portando carteles bajo el sol, porque sus patrones les dijeron que también ellos serían afectados por la falta de trabajo.
Y por supuesto que las mujeres llevaron a sus cargando, siempre pegadas a ellos y los niños con evidente desnutrición desde los pequeños hasta los jóvenes.
Ojalá esa movilización no sea solo en beneficio de sus patrones, ojalá y esas mujeres y hombres puedan tener un salario digno y prestaciones como es debido y dejar de formar parte de las filas de la esclavitud moderna.
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