“El gobierno federal rechaza la minería a cielo abierto y ha decidido tener un país libre de fracking”: Procurador Agrario
_constituyen actividades altamente agresivas en
contra de los territorios generando diversos daños ambientales de gran impacto
y contaminación de aguas y aire, además de las especies de flora y fauna
El titular
de la Procuraduría Agraria, Luis Hernández Palacios Mirón insistió en que el
actual gobierno federal rechaza la minería a cielo abierto y también ha
decidido tener un país libre de fracking porque, dijo, constituyen actividades
altamente agresivas en contra de los territorios generando diversos daños
ambientales de gran impacto y contaminación de aguas y aire, además de las
especies de flora y fauna.
“El
impacto, respecto a la apropiación del territorio y la deforestación, el uso y
contaminación del agua, el suelo y el aire, y la afectación a la flora y la
fauna, son razones contundentes para que la Cuarta Transformación, en apego a
sus principios y valores, establezca un nuevo equilibrio entre los intereses de
la nación y los núcleos agrarios, el bien común y la conservación y
restauración del ambiente”.
En estos
términos se expresó Hernández Palacios Mirón, durante su participación en el
segundo día de trabajos de la XXXIV Convención Internacional de Minería, que se
lleva a cabo en Acapulco, Guerrero, auspiciada por la Asociación de Ingenieros
de Minas, Metalurgistas y Geólogos de México (AIMMGM), que preside Sergio
Almazán Esqueda.
Ante
integrantes del organismo, ponentes, expertos en la materia nacionales y
extranjeros, invitados especiales, así como funcionarios de la Secretaría de
Economía y del gobierno del estado de Guerreo, el Titular de la Institución
disertó en su conferencia magistral sobre el Tema: “Minería y Territorios
Agrarios en México”.
Al
respecto, Hernández Palacios señaló que en los últimos años se han agudizado
los problemas de pobreza y marginación en el campo mexicano, derivado, entre
otros factores, por el abandono de espacios productivos, la inseguridad y falta
de mecanismos de gobernanza, así como la depredación ambiental, agravada por el
impacto de una visión extractivista del ambiente, lo que ha generado un
debilitamiento de las relaciones de solidaridad, cooperación y reciprocidad al
interior de los núcleos agrarios.
Los más de
32 mil ejidos y comunidades legalmente constituidos en nuestro país, indicó,
son una cuestión histórica, vigente y determinante, pues estos espacios
constituyen gran parte del territorio nacional, albergan a una vasta diversidad
de ecosistemas y recursos naturales, y son hogar de muchas y muchos mexicanos,
incluyendo nuestros Pueblos Originarios y sus saberes.
No
obstante, el gran potencial y riqueza que encierran los núcleos agrarios,
enfatizó el funcionario federal, la política neoliberal de las últimas décadas,
afectaron de manera importante no solo los territorios sino al conjunto de los
recursos naturales: tierras, aguas, bosques, selvas y biodiversidad, así como
las formas de convivencia y de organización social.
A este
respecto, Hernández Palacios insistió en que el actual gobierno federal rechaza
la minería a cielo abierto y también ha decidido tener un país libre de
fracking porque, dijo, constituyen actividades altamente agresivas en contra de
los territorios generando diversos daños ambientales de gran impacto y
contaminación de aguas y aire, además de las especies de flora y fauna.
“La
relación con los núcleos agrarios —subrayó— requiere el establecimiento de
nuevos tratos en la perspectiva de lograr no solamente la equidad y la
compensación económica a los dueños de la tierra, que se ve afectada por
ocupación superficial o servidumbres de paso, sino que establezca una
perspectiva de conservación, rehabilitación y restauración ambiental”,
En tal
sentido, el Titular de la Procuraduría Agraria se pronunció porque se reforme
la actual Ley Minera, para que incluya, entre otros aspectos, la obligatoriedad
de manifestación de impacto social y ambiental, así como la consulta previa,
libre e informada a pueblos indígenas y núcleos agrarios, lo que permitirá la
protección del derecho a la libre determinación, al desarrollo sustentable, a
la propiedad ancestral, a la biodiversidad y a la identidad cultural, entre
otros.
En la parte
final de su exposición consideró: “Estamos seguros que con el diálogo podremos
construir nuevas alternativas útiles para el desarrollo de la minería, la
conservación y restauración ambiental y el bienestar de las comunidades y
núcleos agrarios”.
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