Persiste amenaza de desertificación
-Minería, tala, sobrepastoreo y falta de ordenamiento territorial las causas del fenómeno de sobreexplotación de la tierra
-Muestran panorama
poco alentador si no se toman medidas para remediar el problema
-Zonas áridas,
semiáridas y subhúmedas secas son susceptibles a la descertificación, advierte
ONU
La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT)
informó que zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas son susceptibles a la
desertificación, uno de los principales retos medioambientales de nuestro
tiempo, advierte la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y menciona como
principales causas del fenómeno la sobreexplotación de la tierra, la minería,
el sobrepastoreo, la tala indiscriminada y la ausencia de ordenamiento
territorial.
Agrega que el fenómeno de la degradación de la tierra lo
agrava el cambio climático --originado también por actividades humanas--, la
invasión de las tierras por dunas y la acción del viento y el agua que al
arrastrar la capa superficial de suelo fértil deja atrás tierras improductivas.
Una persistente combinación de todos esos factores conduce a
convertir en desiertos las tierras degradadas en 169 de los 197 países
adheridos a la ONU --entre los que sobresale México-- los cuales enfrentan el
proceso de desertificación con severas repercusiones para la biodiversidad, la
seguridad de los ecosistemas, la erradicación de la pobreza, la estabilidad
socioeconómica y el desarrollo sostenible.
La desertificación, junto con el cambio climático y la
pérdida de biodiversidad, se identificaron como los mayores desafíos para el
desarrollo sostenible durante la Cumbre de la Tierra de Río, que planteó esta
preocupación en 1992 y llevó en 1994 a que la Asamblea General estableciera la
Convención de las Naciones Unidas para Combatir la Desertificación (CLD-UNCCD).
Esta Convención es el único acuerdo internacional legal que
vincula el medio ambiente y el desarrollo con la gestión sostenible de la
tierra, por lo que la misma instancia declaró el 17 de junio como Día Mundial de
Lucha contra la Desertificación y la Sequía (Resolución A/RES/49/115).
Este año, cuando concluye el Decenio de las Naciones Unidas
para los Desiertos y la Lucha Contra la Desertificación 2010-2020, declarado
por la Asamblea General de la ONU en 2007 con el fin de movilizar la acción
mundial para luchar contra la degradación de los suelos, el organismo mundial
llama nuevamente a la acción con la proclama: “Cuando la tierra nos pide
ayuda”.
Refrenda el propósito de enfrentar de manera conjunta esa
problemática, toda vez que de los ecosistemas de las zonas secas depende la
subsistencia de unos 2000 millones de personas, 90% de las cuales vive en
países en desarrollo.
Esa situación se agudiza en muchos países infradesarrollados
donde la sobrepoblación genera la necesidad de explotar las tierras de zonas
secas para la agricultura y la ganadería, pese a la baja productividad que
precipita el agotamiento de los nutrientes del suelo y los acuíferos
subterráneos, y la consecuente desertificación que desplazará en los próximos
años a millones de personas.
En 2018 el Atlas Mundial de la Desertificación mostraba que
75% de los suelos del mundo pasaban por ese proceso, y en la actualidad se
calcula que el ritmo de degradación de las tierras cultivables aumenta a una
velocidad entre 30 y 35 veces superior a la histórica.
La UNCCD alienta a pensar que se puede neutralizar la
degradación de las tierras mediante una firme participación de la comunidad y
cooperación a todos los niveles, ya que la pandemia de COVID-19 plantea
acciones basadas en la comprensión clara de los derechos, recompensas y
responsabilidades. En La gestión de la tierra puede ayudar a abordar las
consecuencias de COVID-19 aborda uno de
los principales factores ambientales de los brotes emergentes de enfermedades
infecciosas, como es la pérdida de biodiversidad.
Con el lema “Suelo sano = gente sana, la Convención de la
ONU propone fortalecer la resiliencia de nuestros sistemas alimentarios e
hídricos para ayudar a reducir los efectos de la pandemia en la pobreza mundial
y la inseguridad alimentaria, por lo que eligió el tema de "Alimentos.
Forrajes. Fibras" para enlazar nuestro consumo con la salud del suelo.
México enfrenta, además, “un enorme y complejo problema de
aridificación que incluye aspectos climatológicos, geológicos, geomorfológicos,
pedológicos (formación de suelos) y ecológicos–, de acuerdo con lo señalado en
2019 por Mayra Elena Gavito Pardo, especialista del Instituto de
Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad de la UNAM, con sede en
Morelia, Michoacán.
La experta considera crítico el panorama a corto plazo, a
menos que tomemos en serio las políticas de conservación del suelo. De otra
manera, afirma, es indudable que caminamos hacia una crisis en el país en
materia de suelos, e indica que es indispensable promover políticas públicas de
conservación y de regulación ambiental, pero el problema es la falta de
legalidad y la existencia de mucha corrupción en el país.
La UNCCD plantea, no obstante, entre otras medidas para
reducir la desertificación:
- Reforestar y regenerar las especies arbóreas.
- Mejorar la gestión del agua, mediante el ahorro, la
reutilización de las aguas depuradas, el almacenamiento del agua de lluvia, la
desalinización o, en su caso, el riego con agua de mar de las plantas
halófilas.
- Mantener el suelo mediante el uso de vallas para frenar el
avance de las dunas, barreras arbóreas para proteger frente a la erosión
eólica, etcétera.
- Enriquecer y fertilizar el suelo a través de la
regeneración de la cubierta vegetal.
Entre los mensajes que la UNCCD propone difundir este 17 de
junio están: “Los alimentos, los forrajes y las fibras también contribuyen al
cambio climático: un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero
proceden de la agricultura, la silvicultura y otros usos de la tierra. La
producción de ropa y calzado ocasiona el 8% de las emisiones mundiales de gases
de efecto invernadero, una cifra que, según las previsiones, ascenderá 50% para
2030”.
Comentarios
Publicar un comentario